Quizás sí, quizás no.
Aquí todos venimos a lo mismo, a expresar nuestro sentir, y hoy me siento con ganas de hablar con el mundo, de contarle mi historia.
La frase que encabeza esta entrada, es una frase que desbarata más de una idea, más de una intención, más de un deseo. Y todo por el simple hecho de la falta de coraje, amor propio y valentía.
¿Quién no ha dudado? Dudar es humano, al igual que errar. La vida se basa en ocasiones, tanto las perdidas como las aprovechadas, y ahora es un momento en mi vida en el que ando perdido en una fiesta de oportunidades.
Sí, una fiesta. Una fiesta porque hay oportunidades para todo el mundo, una fiesta porque las que tratas mal, se van y no vuelven, una fiesta porque allí todo el mundo está deseoso por coger una, una fiesta porque hay tantas y te gustan tantas, que al final no coges ninguna. Y esa es mi vida.
Bien se dijo que se hace camino al andar, pues yo corro entre el andar del resto, perdido, asustado. Corro de un lado a otro, de una oportunidad a otra, rozándolas y escuchando como a mi duda de si es la que me pertenece, me responden "quizás". Un quizás que mata, que entristece, que hace dudar. Un quizás que me dice que no me va a ir bien, que ese no es mi camino, que me equivoqué de carretera, de pueblo, de ciudad, de país e incluso de mundo.
Pero no, me niego, no. No voy a volver a dudar, no voy a volver a desconfiar de mí, tengo hambre de oportunidades.
Entonces, me levanto, inspiro lleno de valentía y energía, agarro por el cuello a una nueva oportunidad y le digo:
"Quizás, y solo quizás, me arrepienta de no volver a dudar, y de ir a comerme la vida."
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